martes, 13 de mayo de 2014

Una Libreta especial


Reír hasta no poder más. El olor a hierba recién cortada. Un mensaje. Tomar café con una amiga. El olor de la primavera. Escuchar la lluvia caer. Oír las risas de mis hijos. Ver amanecer. Un helado de chocolate. Despertarte y ver que aún quedan horas para dormir. Tomar de la mano a quien quieres. Un paseo por la playa en invierno. Enamorarse. Sábanas limpias. Bailar sin que nadie me vea. Un café caliente. Hacer galletas con mi hija.  Un largo abrazo. Nadar en el mar. Un masaje. Mi perro…
Estás no son más que una pequeña muestra de las cosas que la vida ofrece y  que hacen feliz a algunas de las personas que  han llamado a mi puerta  huyendo de un vacío existencial en algunas ocasiones, buscando respuestas en otras, y hartos de llevar una vida que no quieren en la mayoría de las ocasiones.
Compra un cuaderno muy bonito. El más bonito que haya en la tienda. Y al final de cada día escribe o dibuja las cosas que te hayan hecho sentir bien, que te hayan hecho feliz, así como aspectos de ti mismo que valores y que te hayan hecho sentirte bien contigo mismo. No pongas tu atención en grandes acontecimientos, céntrate en pequeños detalles, momentos en los que te has sentido pleno.   
Estas son algunas  de las tareas  que me encanta invitar a muchos de mis clientes a que lleven a  cabo.
Es sin duda un ejercicio en apariencia sencillo. Sin embargo, al menos al principio, es una tarea no  exenta de dificultad ya que cuando nos instalamos  en la queja, en el victimismo o en la negatividad más absoluta, estamos mandando un mensaje a nuestro cerebro para que ponga el foco precisamente en todo lo malo que nos rodea, o en lo mal que nos van las cosas, o en lo que nos falta, para así confirmar nuestros más oscuros pensamientos, lo cual,  además de ser un desencadenante infalible para la infelicidad, nos incapacita para poder apreciar lo hermoso y lo  que está bien tal  y como está, en nosotros mismos, y en nuestras vidas.
Superados los bloqueos y las resistencias iniciales, este simple ejercicio, realizado de manera continuada en el tiempo, nos coloca en una posición muy diferente ante la vida.
Para empezar logramos una visión más equilibrada de la realidad. No todo en nosotros  está mal, ni  todo  que nos rodea es malo, sino que  tomamos conciencia de todo lo bello que la vida nos ofrece, y  de lo bello que hay en nosotros también. Lo cual nos lleva a una sensación de bienestar y a estar a gusto con uno mismo. Además, el sentimiento de gratitud comienza a hacerse un hueco en nuestro paisaje emocional, lo cual es un indicador bueniiiiiiiisimo de que estamos al inicio de una nueva senda.
Animaos a comprar vuestra libreta y a vivir la vida como lo hace la niña del vídeo: